domingo, 27 de abril de 2014


EL CALENDARIO FEDERAL UNIFICADO

¿Se han dado cuenta ustedes de hasta qué punto está ligado a los ciclos viejoterrestres el calendario que utilizamos habitualmente? Viejatierra, (Sistema Solar), como cuna de la humanidad, es el origen de todas nuestras unidades de medida del tiempo. Un año es el tiempo que tarda Viejatierra (Sistema Solar) en completar una vuelta alrededor de su estrella, el Sol. En realidad, la duración del año viejoterráqueo es de 365 días y cuarto, de ahí que cada cuatro años haya que incrustar un día más, y ese año se convierta en “bisiesto” (un nombre que proviene de una antigua lengua, el latín, y que ahora no viene al caso explicar lo que significa). La división en doce meses del año viejoterráqueo era totalmente arbitraria pero, debido a la posición inclinada del planeta Viejatierra mientras describe su trayectoria alrededor del sol, existen periodos del año donde los rayos del Sol inciden perpendicularmente sobre su superficie, dando lugar a unos meses de verano, y otros en los que inciden más oblicuamente, y que dan lugar a unos meses de invierno. Un día es el tiempo que tarda Viejatierra en dar una vuelta sobre sí misma, desde las doce de la noche de un día hasta las doce de la noche del día siguiente. Simple, ¿no?

Pero, ¿qué ocurrió con el calendario cuando los seres humanos empezaron a habitar diferentes planetas, con diferentes periodos orbitales y de rotación? Pues que la cosa se lió… ¡y mucho! Sobre todo desde la puesta en funcionamiento de Supranet (antes “Ansible”), cuando las comunicaciones “en tiempo real” empezaron a llegar simultáneamente a todos los planetas de la Federación, y todos esos planetas debían tener, como mínimo, la misma fecha, ya que no coincidían ni la hora ni la estación.

Para empezar se unificó la fecha en que empezaba el año, que no es poco, sobre todo para coordinar el tráfico comercial, hacer equitativo el año fiscal para todos los habitantes de la Federación y que las elecciones presidenciales, cada diez años, cayeran en el mismo día en todos los planetas.

Luego se empezó a encajar los tradicionales doce meses en el año de cada planeta, haciendo que los meses de los planetas cuyo periodo de traslación en torno a su estrella fuera más largo que el viejoterráqueo, tuvieran meses de más días que los normales, suponiendo que sus “días” tuvieran la misma o parecida duración que los días viejoterrestres. En cambio, en los planetas cuyo periodo de traslación era más corto, se restaron días a los meses, para compensar el desfase provocado para las comunicaciones y el comercio.

En resumen, que el Calendario Federal Unificado se convirtió en un lío de mil demonios que hemos intentado representar en el sencillo esquema que adjuntamos a continuación. Que ustedes lo disfruten.