domingo, 30 de diciembre de 2018
domingo, 9 de diciembre de 2018
domingo, 25 de noviembre de 2018
domingo, 14 de octubre de 2018
domingo, 7 de octubre de 2018
domingo, 30 de septiembre de 2018
domingo, 23 de septiembre de 2018
domingo, 16 de septiembre de 2018
domingo, 9 de septiembre de 2018
domingo, 2 de septiembre de 2018
Situada
a apenas 3,5 años luz del Sistema Solidarity y de la capital, Babilonia, la
estrella Decency posee uno de los sistemas planetarios más interesantes de la
Federación.
El
planeta que orbita más cerca de la estrella se denomina PIP. Es muy pequeño y
está sometido a una fuerte radiación térmica y electromagnética que lo hacen
completamente inhabitable.
En
la zona templada del sistema encontramos no uno sino dos planetas con agua en
estado líquido y, por tanto, aptos para la vida: AZZURRO Y PARAÍSO-2.
AZZURRO
es un precioso mundo cuasitropical bañado por amplios océanos de los que
emergen tres vastos continentes donde ha florecido una notable vida animal y vegetal.
De este lugar es originaria la ñecla, esa planta comestible que tanta difusión
ha adquirido en la industria alimentaria. En el continente más meridional se
encuentra Santamadonna, la próspera capital del planeta y de todo el sistema.
Allí está la sede de Cinque Fiori Spazziale, la compañía de transportes interestelares
que dio origen a la casta de “los espaciales”.
Por
su parte, PARAÍSO-2, más pequeño y montañoso, presenta una temperatura media
ligeramente inferior que su planeta hermano pero aún así resulta apto para la
vida. No tiene grandes mares pero sí caudalosos ríos y plácidos lagos que junto
a sus frondosos bosques de pseudoconíferas y cadenas montañosas cubiertas de
nieve crean idílicos paisajes de ensueño. No encontraremos en el planeta grandes
ciudades ni explotaciones industriales, solo algunas urbanizaciones formadas
por lujosos palacetes en los que habitan un puñado de familias adineradas y
ricos jubilados. La más conocida es Silver Village, famosa por ser donde se
recluyó el ex-senador Schmitz tras su retiro de la política activa.
Una
vez al año, los dos planetas entran en conjunción y quedan separados por apenas
300.000 kms. Este acontecimiento se celebra en ambos mundos con la llamada
“Fiesta del Gran Salto” en la que multitud de habitantes pasan de un mundo a
otro en improvisadas naves de madera.
El
siguiente planeta de la lista es CHAPLIN, un gigante gaseoso sin la menor
importancia estratégica si no fuera por la presencia en su órbita del ingenio
artificial “Hollywood Station”. Allí es donde se filman la mayoría de las
películas que ustedes pueden disfrutar (es un decir) en los holocines de toda
la Federación.
Después
se encuentra SNOWBALL; un mundo rocoso gigante cubierto por una capa de hielo
de más de 250 kms de grosor. Al contrario de lo que pudiera pensarse, este
mundo congelado está habitado. Sus pobladores reciben el nombre de
“procesadores de hielo” y su núcleo urbano más importante se llama Nívea.
Al
último planeta del sistema se le bautizó con el nombre de GROOT (¡vaya usted a
saber por qué!). Minúsculo, rocoso e inhóspito, apenas merecería ningún
comentario a no ser porque describe una órbita retrógrada, es decir, gira
alrededor de la estrella en dirección contraria al resto de los planetas. Esto
hace suponer que se trate de un asteroide masivo o de un planeta errante
capturado por el campo gravitatorio de la estrella.
R.
MACHUCA-18
domingo, 26 de agosto de 2018
domingo, 19 de agosto de 2018
domingo, 12 de agosto de 2018
domingo, 29 de julio de 2018
domingo, 15 de julio de 2018
domingo, 8 de julio de 2018
domingo, 1 de julio de 2018
domingo, 24 de junio de 2018
domingo, 17 de junio de 2018
domingo, 10 de junio de 2018
sábado, 2 de junio de 2018
domingo, 27 de mayo de 2018
domingo, 13 de mayo de 2018
SOBRE
ASTRONOMÍA EN PROCYON
Resulta
fascinante comprobar cómo año tras año va creciendo la lista de exoplanetas que
la comunidad astronómica ha ido detectando y catalogando en las estrellas más
próximas y no tan próximas a nuestro Sol. En el momento que escribo esto, ya se
han superado ampliamente los cuatro mil y la cosa va en aumento a medida que
enviamos al espacio sondas y telescopios cada vez con mayor poder de
resolución.
Empieza
a resultar obvio que los sistemas planetarios como el nuestro no son ni una rareza
ni un capricho del azar cósmico sino lo más común en el universo: la inmensa
mayoría de las estrellas poseen un cortejo de planetas y planetoides que las
acompaña. Lo cierto es que desde que se admitió como válida la hipótesis de la
“nebulosa planetaria” como origen del Sol y del conjunto de sus planetas,
debería haber sido evidente que otras muchas estrellas se formaron de la misma
manera y que, por tanto, también deberían tener planetas orbitando a su
alrededor.
De
momento solo se están localizando planetas gaseosos de tamaño considerable
(tipo Júpiter o Neptuno) o bien planetas rocosos, bastante más grandes que
nuestro pequeño mundo (supertierras), pero cuya órbita esté situada de tal
manera que nos permita su detección (desde nuestra perspectiva, el planeta ha
de pasar por delante de su estrella, eclipsándola parcialmente, para que
podamos descubrirlo). Supongo que en años venideros, cuando aumentemos la
precisión de nuestros telescopios espaciales, la lista de exoplanetas crecerá
como la espuma y podremos establecer un completo catálogo de los sistemas
planetarios vecinos (si bien es cierto que nuestro propio Sistema Solar dista
mucho de estar definitivamente descrito).
En
la serie Procyon intento reflejar (echándole imaginación pero sin perder de
vista los conocimientos científicos actuales para que resulte factible), cómo
podrían ser los 12 sistemas planetarios más cercanos al nuestro o, mejor dicho,
los más próximos al Sistema Solidarity (donde se encuentra la capital,
Babilonia), que estaría situado en una posición más o menos central en la
Federación, con el Sistema Solar en un extremo y el Sistema Liberty (donde se
inicia la aventura de la serie), en el otro.
Suponiendo
que la distancia media entre dos estrellas contiguas es de unos 4 años luz, la
Federación bien podría abarcar 15 ó 20 años luz de un extremo a otro, lo que no
está nada mal.
Los
mapas de algunos de estos sistemas planetarios ya fueron publicados en los
libros de la serie regular y otros los estáis viendo en este blog. En ellos
intento reflejar una gran variedad de planetas, satélites y otros objetos
estelares, naturales o de fabricación humana. Como ya expliqué en otro de estos
artículos, asumo que en muchos de los planetas que orbitan a la distancia
adecuada de su estrella para mantener el agua en estado líquido (la llamada
“zona habitable” o, como jocosamente denominan los astrónomos “zona ricitos de
oro” por aquello de que no está “ni muy fría ni muy caliente”), ha aparecido la
vida. Bien es cierto que también podría desarrollarse vida en algunos satélites
de los planetas gigantes gaseosos situados en zonas muy frías ya que las
fuerzas de marea gravitatoria de éstos permiten la existencia de océanos
líquidos bajo la superficie congelada de sus lunas (el caso de Europa en
Júpiter, por ejemplo).
También
he asumido que la tecnología del siglo XXV será capaz de construir enormes
estaciones espaciales (aunque solo se utilicen como casinos itinerantes o
platós de cine), alterar las órbitas de algunos asteroides para colocarlos
donde convenga, llevar cometas de hielo a los planetas donde se les necesite,
terraformar planetas muertos e instalar gigantescas “líneas de transporte” (la
famosa “Snow White Express” del libro 2).
Por
motivos de coherencia interna de la obra, solo nombraré aquellos astros que
tengan que ver con la trama de la serie (aunque solo sea de forma tangencial,
porque allí nació algún presidente de la Federación o algo así). No daré listas
completas de todos los satélites, asteroides y cometas de cada sistema
planetario porque no vendría al caso y haría más farragosa la lectura (que ya
lo es bastante, caramba).
Una
última consideración: Qué más querría yo que poder introducir en la serie
ominosos agujeros negros, espectaculares púlsares binarios o centelleantes
explosiones de supernovas que tanto juego han dado en la Ciencia-ficción de
todos los tiempos... pero el hecho incontestable es que NO EXISTE NADA DE ESO
EN LAS PROXIMIDADES DEL SISTEMA SOLAR, lo cual, bien pensado, es una suerte,
¿no?
R.MACHUCA-2018
domingo, 29 de abril de 2018
sábado, 14 de abril de 2018
domingo, 8 de abril de 2018
domingo, 1 de abril de 2018
domingo, 25 de marzo de 2018
Si
atendemos a los datos demográficos (no siempre fiables), este sistema estelar
es el menos poblado de la Federación y si nos fijamos en los datos económicos (también
muy dudosos, la verdad) resulta ser el más pobre en recursos y, por tanto, el
que más depende del comercio exterior.
La
estrella Fraternity es una enana roja moribunda, muy poco luminosa al final de
su ciclo vital. A pesar de estar situada a menos de 3 años luz de Terraprima,
resulta imposible de ver en el cielo nocturno babilónico si no es con la ayuda
de algún rudimentario telescopio. A pesar de ello, el primer planeta del
sistema, EL AVERNO, describe una órbita tan cercana a la estrella, que lo hace
recibir unas cantidades terribles de luz, calor y radiación, convirtiéndose en
poco menos que una roca calcinada e inhóspita. Sin embargo, los científicos que
lo exploraron por primera vez descubrieron con estupor que sus potentes campos
gravitatorio y magnético le permitían retener una incipiente atmósfera
sorprendentemente respirable y con el mínimo de humedad que posibilitaba la
aparición de unas escasas formas de vida muy rudimentarias. Quizá fueran estas
duras condiciones climáticas y medioambientales las que convencieron al
gobierno federal para instalar ahí la academia de la policía militar: el
Campamento Infierno. Junto a los primeros reemplazos de reclutas también llegó
al planeta una variopinta población civil flotante de trabajadores externos del
cuartel, comerciantes legales e ilegales, traficantes de cualquier cosa,
evadidos de la justicia de otros sistemas, desarrapados varios y, en general,
gentes de mal vivir (neohumanos en su inmensa mayoría).
El
siguiente objeto que encontramos orbitando en torno a la estrella Fraternity no
es un planeta: se trata del laboratorio espacial “BARRACUDA”. Una costosísima
estación espacial creada con fines científicos que jamás entró en
funcionamiento y que ahora, en ruinas y abandonada, se utiliza para que los
soldados del Campamento Infierno realicen maniobras de combate en gravedad cero
y ensayen asaltos a supuestas naves espaciales.
A
continuación está TRITÓN-7. Un planeta acuático y pluvioso a más no poder donde
se halla la capital, Nenúfar City. Constituye la única reserva hídrica del
sistema por lo que su medio ambiente está legalmente protegido.
Más
alejado de la estrella, ya en la zona fría, descubrimos ZEUS: un gigante
gaseoso sin especial interés salvo porque en una de sus 16 lunas, EL PEQUEÑO
GANÍMEDES, se encuentra “Áquila”: una antigua colonia minera subterránea que ha
prosperado hasta convertirse en la ciudad más poblada del sistema.
Los
dos planetas más externos son CARIBDIS y SURTUR. Dos supergigantes gaseosos con
una composición química tan diferente que convierte al primero en una masiva
bola verdeazulada y al segundo en una enorme esfera color rojo fuego. Inútiles
pero bonitos de ver, qué duda cabe.
R.
MACHUCA-2018
domingo, 11 de marzo de 2018
domingo, 4 de marzo de 2018
sábado, 24 de febrero de 2018
sábado, 17 de febrero de 2018
domingo, 11 de febrero de 2018
domingo, 4 de febrero de 2018
sábado, 27 de enero de 2018
domingo, 21 de enero de 2018
domingo, 14 de enero de 2018
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